Desde nuestra posición histórica, se ha machacado de forma
constante la legitimidad de la lucha feminista argumentando que realmente, la
igualdad ya es una realidad. Pero, ¿podemos aceptar esta premisa que alude a la
victoria por los derechos fundamentales de las personas? ¿O debemos señalar los
casos en los que estos derechos, muy bien redactados sobre papel, se violan una
y otra vez? Desde mi posición, y por mucho que en cualquier debate nosotras como
feministas optemos por lo segundo, creo que es importante abstraerse y hacer un
análisis mucho más trascendental de la situación de inmanencia de la mujer,
cuáles son las causas que lo provocan para, de esta forma, hablar con propiedad
de las consecuencias en la sociedad actual -cualquier situación sexista que podáis
imaginar-.
Partimos de la base teórica de la mitificación femenina,
concepto ampliamente desarrollado por Beauvoir y Millet, y que, de alguna
manera, cuando entra en relación con la teoría existencialista de Sartre cobra
todo el sentido y el poder que necesitamos para afirmar con rotundidad que SÍ,
LA MUJER SIGUE ESTANDO OPRIMIDA Y NO, NO SE ENCUENTRA EN SITUACIÓN DE LIBERTAD.
Y esto es así, por muchos argumentos que pueda vomitar cualquier twitterx
misóginx y la explicación irrefutable se basa, precisamente en la base teórica
señalada al principio de este párrafo.
No voy a adentrarme en profundidad en la teoría
existencialista, pero sí me gustaría señalar la frase que resume por completo
mi tesis y que parte de la teoría de
Sartre: "La libertad del individuo se manifiesta en la capacidad de trascender,
es decir, de abandonar el lugar en el que se encuentra. Cualquier sujeto
inmanente que no pueda cambiar su posición es un sujeto oprimido por el sistema".
Y esto, compañerxs, es la explicación primera de la negación total de libertad.
Cualquier mujer que no cumpla estrictamente con toda la concepción de la
feminidad construida desde hace siglos por distintos medios (y alimentada de
forma compulsiva en estos tiempos por la industria de consumo) será rechazada.
Una mujer no puede cambiar su situación de mujer, no puede abandonar su rol y
aquí es donde van todos esos ejemplos que vivimos día a día, en esta sociedad
se le niega a la mujer la capacidad de trascender y, por consiguiente, el
derecho fundamental de libertad.