La custodia. ¿Privilegio?

Es de señalar que siempre se nos ataca a les feministas diciendo y afirmando que no buscamos la igualdad porque nos dan siempre la custodia de les hijes a las mujeres. Bueno, pues vamos a analizar esta situación.
Para empezar, el hecho de que “se nos dé siempre la custodia de les hijes” no es un privilegio. ¿Por qué? Porque se está relegando a la mujer, a la madre, todo el papel de los cuidados y crianza. Un rol muy arcaico y patriarcal, trabajo reproductivo no remunerado.
Por otra parte, en una familia normativa, por ejemplo: padre y madre con dos hijes, niña y niño; es la madre en el 90% de los casos la que realiza TODO el trabajo de los cuidados, una media de cinco horas de trabajo no remunerado en las tareas del hogar. La que tiene que reducir jornadas laborales o incluso renunciar o ser despedida de su empleo por no poder conciliar. Cosas a las que el padre ni se plantea renunciar y sigue haciendo uso de sus privilegios dentro del hogar. Porque barrer, poner la mesa o hacer una barbacoa, lo que viene siendo su “ayudar en casa”, no es cuidar.
A donde quiero llegar es que, son estos padres que no saben cuál es la comida favorita de sus hijes, ni saben a qué hora sale de sus actividades extraescolares, los que en caso de divorcio, ponen el grito en el cielo porque le han dado la custodia a su ex mujer. Después del divorcio se quieren convertir en los súper padres que no fueron mientras tenían a sus compañeras que ya lo hacían todo. Que en muchos casos quieren una custodia compartida para pasar una manutención más reducida, no por les propies hijes. Padres igualitaristas que ven que han perdido el privilegio del poder familiar.

Nos alegra que haya hombres que dediquen tanto tiempo a los cuidados como su compañera, pero por desgracia sois una minoría. Cosa que hay que cambiar.
En conclusión, no podemos repartir por igual desde un punto de desigualdad. Tenemos que ser conscientes de la sociedad en la que vivimos, educar en la condición actual de los cuidados para que no se relegue todo a un colectivo. Eliminar el patriarcado es la única solución.

Experiencia de una compañera de Scumgirls Murcia:

« Hola chiques, respecto al tema de la custodia de les hijes, me gustaría compartir mi experiencia. 
Hace tiempo salí con un tío divorciado y con un hijo pequeño de unos cinco años, el tío luchó muchísimo por pasar una mierda de pensión, casi irrisoria de unos cien euros y sin embargo se quejaba de que quería tener más tiempo a su hijo con él, se lamentaba de no tener su custodia continuamente y a ojos de los demás era un padre ejemplar. Cuando lo tenía los fines de semana, me lo traía a mí y esperaba que yo hiciese las funciones de madre, cosa a la que me negué rotundamente, miraba hacia otro lado y lo dejaba hacer a él. Sin embargo, veía que no sabía cuidarlo, no tenía ni idea de nutrición infantil y se lo llevaba a los bares de tapas o a comer hamburguesas, el resto del tiempo lo ponía a jugar con la consola y apenas interactuaba con él, se ponía a jugar o trabajar con su ordenador y al niño lo dejaba solo en otra habitación, para él lo primero era su trabajo y para sentir que su relación con su hijo era perfecta le compraba caprichos y golosinas... Así que, pasaron dos cosas... El niño, sin yo dar pie, empezó a buscarme y a  reclamar de mí sus necesidades de afecto y de todo lo demás y yo, al verlo desprotegido, se me disparó el instinto maternal y comencé a atenderlo. Al poquísimo tiempo el niño no quería separarse de mí... Al final, esta relación no continuó, pero creo que aunque aquella madre estuviese de acuerdo en compartir la custodia, si hubiese visto lo que yo, y a pesar de ser una gran sobrecarga para ella, no hubiese consentido compartirla, lo primero para ella hubiese sido unos cuidados de calidad para la infancia de su hijo. 
¿Era un padre irresponsable o un hombre que no sabía hacerlo mejor? 
¿Tiene el mismo grado de atención sobre une niñe pequeñe una madre con su instinto maternal que un padre? 
Sé que hay todo tipo de casos de padres y madres irresponsables, pero lo que yo veo en general es que el hombre busca más su propio interés, y cuando pide custodia es para ahorrarse la pasta, mientras que la mujer es más entregada, sacrificada, cuidadosa y atenta con sus hijos. 
Y digo yo... Si verdaderamente queremos aligerar carga y responsabilidad de algo tan importante y delicado como el cuidado y educación de unes hijes que nos duelen... ¿No sería adecuado previamente, antes de dar custodias a troche y moche, darles a ellos formación en el tema de la crianza? 
Cuando veo a un hombre empeñarse en conseguir una custodia, tengo la sensación de que está conquistando un territorio, una vez hecho, pincha la bandera y fuera, a otra cosa mariposa (sin ser consciente de las implicaciones, simplemente ha ganado esa guerra) 
Es que parece que como a nosotras nos sale de natural, es fácil y  cualquiera lo puede hacer, y sin embargo, ese trabajo tradicionalmente nuestro y no remunerado requiere conocimientos de muchas disciplinas (psicología, pedagogía, nutrición, medicina, ética... etc) además del estado de alerta, la entrega afectuosa y la programación de tareas... 
Pero claro... Para eso, antes ellos tendrían que reconocer primero la valía de ese trabajo y conocimientos, y segundo que ese doctorado la mayoría o no lo tienen, o lo tienen suspenso.»




SOBRE EL AMOR ROMÁNTICO (TÓXICO)

¿Qué es?

El amor romántico supone que enamorarse signifique centrar toda tu vida en una persona y que se convierta en todo tu centro, además de llegar a perder todo contacto con familiares y amigues en muchos casos y más a menudo disminuirlo.
Siempre nos han vendido desde pequeñes que el amor siempre es monógamo y heterosexual; además de tener como objetivo casarnos, tener hijes, encontrar el «amor verdadero» y que además las personas solteras nos den pena y pensemos que «está sola».

Se nos habla de un «amor verdadero y eterno», una media naranja que si no encontramos es porque tenemos mala suerte o somos unes perdedores. Este amor se caracteriza porque “lo puede todo”, “lo sacrifica todo” o “lo perdona todo” incluyendo nuestra integridad física, felicidad, carrera, estudios, residencia, etc.
A la mujer se la ha bombardeado desde pequeña con que este amor nos importa más que a los hombres y con la idea de que los celos incluso si no son controladores (el culmen de los celos) se consideran una prueba de amor y como un acto incluso divertido. Pero, ¿qué son los celos? No son más que un signo de posesión el cual demuestra comportamientos que hacen pensar que una persona te pertenece emocional o sexualmente. Además de que las personas celosas, en muchos casos son personas con autoestima baja creándoles tendencia a poseer a otras personas y necesitando ver que alguien les prefiere a ellas y así "sentirse más querides". Esto, nos lleva a como el amor romántico (tóxico) nos dice que es imposible amar a dos personas a la vez, rechazando el poliamor y diciendo que este tipo de amor (el poliamor) es significado de “amar menos”; pero…¿no amamos a nuestros familiares, a todos a la vez? ¿no amamos a nuestros amigues? ¿por qué el amor emocional-afectivo sólo se le puede dar a una persona? ¿por qué no podemos enamorarnos de varias personas a la vez?. Es tan sencillo responder a estas preguntas como que el amor romántico perpetúa el pensamiento patriarcal de que la reproducción sólo se puede dar en parejas monógamas heterosexuales, es decir, relegar a la mujer al trabajo reproductivo.
Se nos ha metido en la cabeza también, frases como: «Quien bien te quiere te hará sufrir» o «El amor duele». No compañeres, ni el amor duele ni te tiene que hacer sufrir. Al contrario.
Con el amor romántico perdemos la intimidad porque “tenemos la obligación” de contarle TODO a la otra persona porque el amor “no tiene secretos”. Acaba despersonalizándonos y haciéndonos perder nuestra individualidad privada ya que todas nuestras conversaciones, comentarios, estados en redes sociales...pasan a ser sobre la pareja, puesto que es «el centro de tu vida». Además, hace que dejemos de hacer ciertas actividades que antes nos encantaba hacer porque en tal caso “no tendrías tiempo para estar con elle”.
También nos hace creer que frases de canciones al estilo «Sin ti no soy nada», «He nacido para amarte-hacerte feliz-cuidarte» te parezcan bonitas y normales. Y así, una cantidad enorme de cosas.
El amor romántico en definitiva es: «una mezcla de deseo emocional y sexual que se caracteriza por la renuncia y el olvido de une misme, la exclusividad emocional y sexual, y el carácter incondicional y de durabilidad (el “es para toda la vida”). Cabe mencionar que el amor romántico influenció de manera más intensa a las mujeres porque les ofrecía una forma de “liberación” dado que representa la promesa de la felicidad eterna al lado de la pareja perfecta.»

Entonces, ¿es malo enamorarse?

Rotundamente no, enamorarse no es malo, lo malo es que tu vida deje de ser tu vida para convertirse en la de otra persona, centrarlo todo en alguien olvidándote de ti.
Tampoco es malo tener una relación monógama siempre y cuando esta relación no sea tóxica y haya un acuerdo consensuado y no dañino para ninguna de las partes.
Comprendemos enamorarse como sentirse especialmente atraíde y cómode con alguien. Nos dicen que sin amor no somos nada, no somos personas, cuando esta afirmación es completamente falsa y nos siguen bombardeando con la idea del amor romántico diariamente: a través de anuncios (ej: perfumes), películas (ej: 50 Sombras de Grey, Crepúsculo), libros, música, etc.
Amor y amor romántico son conceptos opuestos. Aunque parezcan sinónimos NO LO SON. Aboguemos por un amor libre y sano, lejos de las ideas patriarcales de que una relación tóxica es buena.

Fuentes:
 http://feministadas.blogspot.com.es/2014/09/la-falacia-del-amor-romantico.html
                https://soyunachicamala.wordpress.com/2013/02/14/abajo-el-amor-romantico/


¿Rap? Sí, pero antipatriarcal

Todo este revuelo de las confirmaciones del Viña Rock tales como Costa, Natos&Waor, Los Chikos del Maíz (Nega) y demases, me ha hecho reflexionar sobre la hipocresía de la gente que escucha a estos personajes de sexismo integrado hasta en la médula.
Se critica mucho el reggaetón (género musical del que personalmente no soy fan) diciendo que es súper machista, cuando esa afirmación se puede extrapolar al rap de habla hispana. No, no todo el rap es machista y no, no todo el reggaetón es machista. Pero al segundo se le adjudica en mayor medida esta actitud. La gracia de todo radica en que muchos de los que repiten esto sin cesar escuchan raperos que no hacen más que cosificar a la mujer.
¿Los ejemplos más claros? Los nombrados arriba. No hay más que pararse a escuchar alguna de las letras de ellos para darse cuenta...

     «Yo la zurro en los labios, no dice nada, me agarra de los huevos, escupe y traga, en sus tetas y en su cara...»
     «Cazador de leonas y de jirafas, en esta jungla mandan mis rifles y mis balas, sin piedad, sin condón, con amor nada, lo que parece Aquopolis es tu puta raja. Es mi lenguaje aunque vengáis de Marte voy a matarte con mi rabo.»

     Patente, ¿no? Pues no es más que una de las muestras más transparentes de todo este mundo que se inventó el bling-bling; el de fardar. Y si fardas de pibas, ya eres lo más.
    ¿Más ejemplos?


 
                                      

«Feminismo es Tania Sánchez, no filósofa frívola.»
Pero, Nega, ¿ahora nos vas a repartir carnets de feminismo? ¿Después de piezas como «Gente V.I.P.»?

Y seguimos.


    «Me rompí la cara por zorras que no lo merecían.»
    «To guapa pero to puta. Hazte un porro, bonita. En nuestra cita tu a fanta yo a copas.»

Y os regalo un extra.
«Muévelo cerda, culos y tetas»
«Mi vida se parece a la de tu padre: pagar facturas y educarte»
Reduciendo a la mujer como un mero objeto, claro que sí. Y ya que estamos pues en el videoclip la exhibimos como tal.

Todo esto nos lleva también a la invisibilización de raperas. Ya podemos ver como en el cartel del Viña Rock solo aparecen dos nombres femeninos de veinte participantes: Ana Tijoux y Mala Rodríguez. Y es que, ¿acaso ellas son las únicas? Ni mucho menos, hay un gran número de raperas de las que apenas se habla. Y cuando alguno de sus temas destaca podemos ver comentarios juzgando su aspecto físico en vez de lo que podemos escuchar de ellas. Un ejemplo es en este vídeo de Le Fay:




Otras raperas como Arianna Puello, Shuga Wuga, Wöyza, Zeta Drastyka o Gabylonia son solo unos pocos ejemplos, reivindicando en algunas de sus canciones la manera en que son juzgadas por su sexo.
«Ves que soy una mujer y no quieres ver en mi algo más que eso» dice Wöyza en su canción Vendrás Detrás; «Pensarás para ser una piba no lo hago tan mal ¿verdad? Me separas por raza, sexo o edad» dice Zeta Drastyka en Nadie dijo que fuera a ser sencillo.
En realidad, esto también podemos extrapolarlo a otros géneros musicales. Pero me choca de una manera demasiado exagerada que el rap, que se supone que es una manera de llevar un mensaje con contenido, se haya convertido desde hace años hasta ahora en un mercado más del patriarcado para invisibilizar, y exhibir a la mujer como un objeto de usar y tirar.
Luchar por el feminismo dentro del ámbito musical es igual de importante que hacerlo en otros espacios.  Y para terminar un regalito del último trabajo de Anita Tijoux.







La realidad actual

Después de haber estado buscando trabajo durante un tiempo, me he encontrado establecimientos en los que los dueños me han dicho literalmente: «No aceptamos mujeres». Vale que son establecimientos privados y pueden hacer lo que les dé la gana (dentro de unos límites que no paran de saltarse), pero, ¿para qué tanto trabajo de nuestras abuelas y madres por conseguir el derecho a trabajar? ¿Para esto? La crisis económica que nos golpea (que no es más que una de las etapas del capitalismo) les viene muy bien para excusarse. Y, ¿por qué no aceptan mujeres? Muy fácil: o simple misoginia, o el simple hecho de que nos podemos quedar embarazadas aunque no entre en nuestros planes. Y eso, al capitalismo y sus verdugos no les interesa. Mejor a casa a parir obreros, fregar y cuidar del maridito si es que se tiene.
El caso, es que me pone enferma que todavía no me hayan contratado ni en un simple McDonald’s y no pare de ver renovaciones de trabajadores varones por donde vaya.
Poco a poco estamos dando pasitos agigantados hacia atrás y todavía hay gente que predica que la igualdad ya está conseguida. ¿Y a quién le echo la culpa? A los hermanitos Capitalismo y Patriarcado, porque dentro de este marco conseguir la igualdad es como una utopía.

Tenemos que seguir la lucha; el apoyo de mis hermanas y compañeras me da fuerza para seguir adelante. Aunque nos llamen locas, histéricas, y lo que más les encanta llamarnos, «feminazis», no nos pararán. 

— K —

Diez años callada.

Él siempre tan gracioso, cariñoso, me hacía rabiar todos los domingos que comíamos donde la abuela. Hasta se inventaba canciones con mi nombre y luego me las cantaba. Yo me reía como una niña de 7 añitos.
Un día me propuso jugar al escondite. A mi me tocaba esconderme, y sin duda elegí la bañera del baño de la abuela. Pero me encontró y perdí.
Sí, perdí el juego, y lo que no sabía es que en ese mismo escondite perdería toda la inocencia que puede caber en una niña.
Yo no sabía lo que estaba pasando, sólo que me estaba haciendo daño; le decía que parase, que no me gustaba. Pero no me hacía ni caso.
Eso pasó varias veces durante un tiempo. Recuerdo una vez que entré a su casa al baño, mis amigas me esperaban abajo, y yo fui a salir cuando me encerró en su habitación y volvió a repetirse la misma historia. "Como se lo cuentes a alguien podrá pasar lo peor". Y le hice caso, sin saber el por qué de lo que estaba pasando.
No lo volvió a hacer desde aquel día. Pasaron los años, mi trato con él no cambió, el seguía haciéndome reír como siempre. Pero yo sí cambié. ¡Joder, que si cambié! Me fui dando cuenta de lo que realmente había pasado. Y siguen pasando los años, cada vez pasa más tiempo, pero lo siento más cerca. El miedo se apodera de mi.
Qué casualidad que todos mis ex novios me hayan hecho la misma pregunta: "¿por qué tiemblas?" -No lo sé. "¿Estás nerviosa?" -No.
No puedo caminar tranquila, mirando al frente, como hace la mayoría de la gente. No puedo hacer nada "normal" porque ese recuerdo no para de atormentarme.
No puedo sacarlo de mi. Levantarme cada mañana es condenarme a la autodestrucción.

Después de todos estos años sigo sin poder conciliar el sueño de la misma manera.

Él sigue haciéndome rabiar. Sigue siendo tan cariñoso como antes. Yo hago que me río porque tengo miedo. No quiero que me mire porque, si lo hiciera, se daría cuenta de que mi mente aún recuerda esa tortura, y vería mis ojos arder.

-Anónima

14 millones de gritos


Vivimos en una sociedad patriarcal. Esto significa que existe una desigualdad social entre hombres y mujeres a favor de los hombres. A día de hoy, se ha intentado numerosas veces cambiar esto por parte de les feministas, pero a pesar de haber conseguido ciertos derechos, la realidad es que aún no lo hemos destruido. Tenemos ejemplos claros, en el día a día, de esta desigualdad: desde llamar puta a aquella que disfruta de su libertad sexual hasta a aquella que muere a manos de su pareja. Esto es algo habitual en occidente, que vemos todos los días y que nos parece hasta normal. En otras zonas del mundo, la cosa no se queda aquí. Como en occidente, los hombres creen ser nuestros dueños, pero en otras partes del mundo esto llega a límites que ni imaginamos. Hablo de las niñas que son usadas como mercancía por sus padres, como objetos de compra y venta. Estas niñas son casadas a una temprana edad, sin tener el derecho a elegir a su marido, sin saber siquiera que es estar enamorada, y que además son obligadas a casarse con hombres que podrían ser sus abuelos.
Pasar de niña a mujer en apenas un segundo. Perder la inocencia en apenas dos. Estas cosas suceden día a día. Estas niñas son separadas de sus familias, obligadas a vivir con un desconocido que la obligará a mantener relaciones sexuales, quizá, sin que hayan tenido por primera vez su primera regla. En occidente, vivimos felices sin ver el sufrimiento de estas niñas, sin escuchar sus gritos. Creyendo que nosotros nos salvamos de estas salvajadas. Creyendo que nuestro machismo ya no existe, y que si queda, son casos puntuales.
¿Realmente es así? ¿Realmente no hay machismo en occidente? Mentira. Día a día observo el machismo en mi entorno. En mis amigos y amigas, en mi familia, en mis profesores, en mi instituto, en mi calle, en internet. Hablo de cosas que nos parecen normales, hablo de que yo tenga que depilarme porque si no sería una guarra y de que mis amigos, no tengan que hacerlo. Hablo de que yo tenga que maquillarme para estar guapa, hablo de que yo tengo que estar guapa porque como mujer, si no soy guapa, no soy nada. Hablo de que soy bombardeada día a día con estereotipos de mujer delgada e insultada por estar gorda (o muy delgada). Hablo también de que para mucha gente, mi único objetivo es encontrar un buen marido, tener hijos y cuidar de ellos y de mi casa. Hablo de que muchas mujeres trabajadoras cobran menos que sus compañeros hombres por realizar el mismo trabajo.

Hablo del culpable de que estas pobres niñas pierdan su inocencia  sin su permiso, sin ellas quererlo. Hablo del culpable de su sufrimiento, hablo de quien le otorgó el poder a un hombre hace siglos y todavía no hemos conseguido destruirlo. Y no, no hablo del Islam, “esa religión machista” como se cree en occidente. El Islam no es machista, al igual que tampoco lo es el Cristianismo, han sido machistas las personas quienes han cogido estas religiones y les han dado otro significado. Y el único culpable de todo este sufrimiento, tanto nuestro en occidente, como el de estas niñas y el resto de mujeres del mundo, es el patriarcado

Introducción a la refutación de "La igualdad ya es una realidad"

Desde nuestra posición histórica, se ha machacado de forma constante la legitimidad de la lucha feminista argumentando que realmente, la igualdad ya es una realidad. Pero, ¿podemos aceptar esta premisa que alude a la victoria por los derechos fundamentales de las personas? ¿O debemos señalar los casos en los que estos derechos, muy bien redactados sobre papel, se violan una y otra vez? Desde mi posición, y por mucho que en cualquier debate nosotras como feministas optemos por lo segundo, creo que es importante abstraerse y hacer un análisis mucho más trascendental de la situación de inmanencia de la mujer, cuáles son las causas que lo provocan para, de esta forma, hablar con propiedad de las consecuencias en la sociedad actual -cualquier situación sexista que podáis imaginar-.
Partimos de la base teórica de la mitificación femenina, concepto ampliamente desarrollado por Beauvoir y Millet, y que, de alguna manera, cuando entra en relación con la teoría existencialista de Sartre cobra todo el sentido y el poder que necesitamos para afirmar con rotundidad que SÍ, LA MUJER SIGUE ESTANDO OPRIMIDA Y NO, NO SE ENCUENTRA EN SITUACIÓN DE LIBERTAD. Y esto es así, por muchos argumentos que pueda vomitar cualquier twitterx misóginx y la explicación irrefutable se basa, precisamente en la base teórica señalada al principio de este párrafo. 

No voy a adentrarme en profundidad en la teoría existencialista, pero sí me gustaría señalar la frase que resume por completo mi tesis  y que parte de la teoría de Sartre: "La libertad del individuo se manifiesta en la capacidad de trascender, es decir, de abandonar el lugar en el que se encuentra. Cualquier sujeto inmanente que no pueda cambiar su posición es un sujeto oprimido por el sistema". Y esto, compañerxs, es la explicación primera de la negación total de libertad. Cualquier mujer que no cumpla estrictamente con toda la concepción de la feminidad construida desde hace siglos por distintos medios (y alimentada de forma compulsiva en estos tiempos por la industria de consumo) será rechazada. Una mujer no puede cambiar su situación de mujer, no puede abandonar su rol y aquí es donde van todos esos ejemplos que vivimos día a día, en esta sociedad se le niega a la mujer la capacidad de trascender y, por consiguiente, el derecho fundamental de libertad.